Los fraudes enfocados en los infantes y adolescentes son adaptados de forma que el contenido resulte llamativo y puedan tener un acercamiento con el menor. Desde enlaces engañosos que los conduce a una página fraudulenta, donde solicitan los datos de acceso (usuario y contraseñas), información personal o bancaria o la instalación de una aplicación maliciosa. También se pueden encontrar con publicaciones de ofertas y descuentos llamativos que conducen a tiendas falsas y concursos que exigen pagos excesivos.  

Es frecuente encontrarse con oportunidades sustanciosas sobre becas y empleos remotos, prometiendo altos ingresos sin tener experiencia laboral. Además, del chantaje y amenazas sobre supuestos contenidos sexuales para intentar que el menor pague una determinada cantidad de dinero para recuperarlos o envíe material íntimo y evitar así que los difundan.

Otro medio muy utilizado es mediante los juegos online, mercadeando supuestas recompensas, suscripciones o actualizaciones del juego, fuera de las tiendas de aplicaciones oficiales. También hacen contacto con el menor mediante un falsos servicios técnicos, logrando robar información sensitiva. 

Consejos primordiales

sin dejarse llevar por la impulsividad, es clave para evitar numerosos riesgos, también en este tipo de estafas. 

 

Lograr  que los infantes y adolescentes aprendan de forma progresiva a utilizar las redes sociales, los videojuegos o el comercio online es un motivo importante para acompañarles en el proceso. 

si parece demasiado bueno para ser verdad, probablemente será mentira. 

Emplear contraseñas robustas y un segundo factor de autenticación para proteger nuestras cuentas frente a fraudes y otros riesgos.

Es más seguro escribir directamente la dirección en la barra de navegación o utilizar una app oficial, evitando seguir enlaces que lleguen a través de mensajes o correos.

Antes de descargar una aplicación también hay que comprobar su autenticidad, fijándose bien en el nombre, el desarrollador y las opiniones de otros usuarios/as, y valorando si los permisos que solicita son proporcionados.

 

 Evitar hacer clic en los enlaces que aparecen en los correos electrónicos o los mensajes privados y no descargar archivos adjuntos si no están completamente seguros del contenido.

 

Transmitirles la importancia de no facilitar nunca información personal como nombre, apellidos, teléfono, dirección, correo electrónico o fotos), evitando compartirla a través de diferentes medios (páginas web, aplicaciones, mensajes, e-mails, teléfono, etc.) .